Valores: ¿A qué le das prioridad en tu vida?
El día de hoy hablaremos un poco sobre los Valores. En pocas
palabras, los Valores son la guía por la cual realizas tus decisiones y tus
acciones. Son enseñanzas que refuerzan tus creencias. Los grandes líderes en la
historia son recordados por elegir sus Valores y vivir plenamente de acuerdo a
ellos. Personas, empresas, países que han podido ser congruentes entre sus
valores y sus acciones han marcado cambios profundos en la historia y nos han
dejado sus enseñanzas.
El Dr. Martin Luther King Jr. Tenía el valor de la igualdad racial,
que reforzó su creencia en un país en donde las oportunidades fueran las mismas
para personas de cualquier color. Mahatma
Gandhi valoraba la paz y la no violencia, que reforzó su creencia de que era
posible lograr la independencia de la India.
Uno de los valores principales en las culturas china y japonesa es
el del trabajo en equipo. Las necesidades del individuo se someten a las
necesidades del grupo, valores que han reforzado sus creencias de la moralidad
y el bien común y han dejado como
resultado convertirse en potencias económicas mundiales debido a su gran
productividad.
Tus Valores influyen en tu vida diaria. Como
“valorar” algo significa Darle
Importancia, entonces tus Valores
representan lo que tú le has dado importancia y prioridad
en tu vida.
Para entender un poco más acerca de la importancia de los Valores,
analicemos la importancia del aprendizaje. Desde pequeño has aprendido a darle
importancia a ciertos objetos, acciones y emociones unas más que otras. Has
aprendido a asociar acciones con
sensaciones equivalentes. Es decir, algunas acciones equivalen a placer y otras equivalen a dolor.
La familia, el entorno, la cultura, las experiencias,
incluso tu propia biología han desarrollado un sistema bajo el cual actúas
inconscientemente, que deriva en una simple y sencilla premisa: Todos
queremos sentirnos bien, y evitar sentirnos mal.
Esa es la esencia de los Valores: siguiendo los valores aprendidos
buscamos sentirnos bien y evitamos sentirnos mal. Sencillo ¿No? Sin embargo,
muchas veces nuestra relación entre placer y dolor no es tan clara, lo que nos
lleva a realizar acciones que nos brindan placer a corto plazo
pero causan dolor
a largo plazo.
¿Por qué sucede esto? Por la razón de que existen dos tipos de
Valores: Los Valores Congruentes que
te brindan placer tanto a corto como a
largo plazo y los Valores
Incongruentes que te brindan placer
a corto plazo pero dolor a largo plazo.
Los Valores Congruentes
se pueden identificar de la siguiente forma: Si desde pequeño te inculcaron en
familia el Valor de la puntualidad, se instaló la equivalencia entre sentir placer al llegar a tiempo a tus compromisos. Significa que sentirás placer
tanto a corto plazo como a largo plazo por esforzarte en estar a tiempo en tus
citas.
Incluso biológicamente tenemos el Valor Congruente de nuestra
propia vida, por ejemplo: existe una conexión natural entre meter la mano al
fuego y sentir dolor. Si agarro un pedazo de carbón ardiente mi cerebro manda
señales por medio del Sistema Nervioso para protegerse. Entonces nuestra acción
inmediata será soltar el carbón y dejar de sentir dolor para comenzar a sentir
placer.
Por otro lado, es muy común ver Valores Incongruentes en personas que han aprendido a Valorar
ciertas acciones y creencias que en su
momento les brindaron placer, pero después de un tiempo esa misma acción les causa dolor,
saboteándose cada vez que intentan llegar a una meta.
Un ejemplo de ello es: ¿Qué
pasa si relacionas placer con ingerir refrescos y comida chatarra? ¿Cuál es
el Valor que aprendiste al relacionar el placer con alimentarte de esa manera? Tal
vez lo hiciste en el pasado para minimizar la ansiedad o el estrés, o como
recompensa ante algún triunfo personal. La repetición de ese acto que te
funcionó conscientemente en su momento, ahora la realizas inconscientemente. Formaste el Valor Incongruente de ingerir
alimentos chatarra para sentirte mejor momentáneamente con la consecuencia de
sentirte culpable después.
Imagínate cómo reacciona una persona que ha vinculado sentir placer con victimizarse todo el
tiempo. Algunas personas conectan la acción de sentirse víctimas y publicar
su “triste realidad” en distintos medios como las redes sociales con el placer
que otorga el apapacho, el consuelo y satisfacción de sentirse “valorado” e
importante. Les causa placer momentáneo el sentirse consolados sin poner
atención a lo que esa acción creará a largo plazo: Inseguridad, dependencia
hacia el consuelo y aprobación de los demás, necesidad de atención, entre otras
cosas.
Tu cuerpo es tan inteligente que sabe lo que le beneficia y lo que
no. Tarde o temprano comienza a mandar señales
de advertencia en forma de síntomas para intentar frenar aquello que no le
beneficia. Se pueden interpretar a nivel físico como enfermedades, sobrepeso,
anemia o a nivel emocional como estrés, angustia y depresión. El hacerles
caso o ignorarlas depende de ti, y de los Valores bajo los que vivas.
Es tiempo de que te preguntes: ¿Lo que quiero en este momento, me
dará placer a largo plazo? ¿O sólo será un “bienestar” pasajero que luego se
convertirá en algún tipo de molestia? ¿Realmente concuerda con mis Valores?
Cuando logres identificar qué Valores rigen tu vida, podrás
comenzar a elegir a cuales le das más
importancia y cambiar las acciones diarias que solo te brindan un placer
parcial. Podrás priorizar nuevos Valores Congruentes como la salud o
el amor propio, realizando acciones que realmente te brinden placer tanto
a corto como a largo plazo.
Una gran forma de sentirse
plenamente feliz y autorrealizado es lograr
identificar y vivir congruentemente con tus Valores.
Una vez lo hagas, serás libre de actuar por ti mismo, serás amo y
señor de tus decisiones, nunca más un esclavo de las circunstancias externas,
del bienestar a corto plazo y de tus Creencias limitantes. Entenderás que la vida es rica por sí misma,
un regalo, en la cual no se necesitan cometer excesos físicos ni emocionales.
Entonces, vivir deja de ser un acto de “buscar
placer” a corto plazo con consecuencias dañinas. En cambio, se transforma
en un acto de sentir verdadero
bienestar, pues te encuentras alineado entre lo que valoras y lo que haces,
dirigido a tu crecimiento personal.
¿Y tú, a qué le das prioridad en tu vida?
¿Y tú, a qué le das prioridad en tu vida?
Gamaliel
Torrecillas Valenzuela
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