Psicologia Y Desarrollo Integral

Parece ser que muchos jefes están casados con la idea de: “ El empleado que trabaja horas extra después de la hora de salida, es el mejor”. Me ha tocado escuchar a muchas personas con gente a cargo, que mencionan cierta preferencia con los empleados que, aunque llega la hora de salida, se quedan trabajando y “sacando pendientes”. Este pensamiento, tan común en nuestro querido México, no solo perjudica al empleado, sino que perjudica a la empresa en general. ¿Pero, por qué? pudieras preguntarte, ¿Apoco un empleado que trabaja horas extra no debería ser el ejemplo a seguir de todos los demás? La respuesta es: No siempre. Déjame explicarte: El quedarse a trabajar horas extras tiene un efecto de doble filo. Es cierto que durante el tiempo extra la persona pudiera terminar sus pendientes, sin embargo, a largo plazo irá aumentando poco a poco el grado de desmotivación, estrés laboral, ansiedad generalizada y hasta el síndrome de Burnout en situaciones críticas.

Una de las actividades más relevantes en el manejo de personal es la retroalimentación. Todo gerente, líder de equipo o coordinador de personal ha tenido en alguna ocasión la labor de comunicarle a su equipo de trabajo los diferentes cambios en políticas y procesos a implementarse, su punto de vista personal, los resultados de alguna evaluación, o bien la conformidad o disconformidad del desempeño demostrado. Brindar retroalimentación no es tarea sencilla, ya que la mayor parte del tiempo genera un rechazo automático por parte del retroalimentado. Este rechazo es totalmente normal y natural, ya que forma parte de una sensación de protección propia causada por una simple y sencilla razón: A los seres humanos nos cuesta adaptarnos al cambio y reconocer nuestros errores; y más aún cuando alguna persona con mayor autoridad es quien nos los indica. ¿Qué hay detrás del rechazo en la retroalimentación? Para que retroalimentar deje de ser una actividad tediosa, propensa